El juicio realizado por el Sanedrín judío fue el segundo en el proceso de sufrimiento de Jesús. Según los relatos del Nuevo Testamento (Mateo 26:57-68), Jesús fue llevado ante el sumo sacerdote Caifás para este juicio. Caifás era el sumo sacerdote del Sanedrín judío y uno de los líderes religiosos de esa época.
Este juicio fue un interrogatorio formal de Jesús, donde fue acusado de blasfemia y de afirmar ser el Mesías. Durante el juicio, los miembros del Sanedrín judío, incluidos los ancianos y los escribas, se reunieron para interrogar a Jesús. Ellos buscaron encontrar suficiente evidencia para condenarlo. Sin embargo, los testimonios dados por los testigos que utilizaron fueron contradictorios y no proporcionaron pruebas suficientes para respaldar los cargos.
Durante el juicio, Jesús permaneció en silencio y solo admitió ser el Mesías cuando se le pidió que hiciera una declaración al respecto. Esto provocó a Caifás, quien acusó a Jesús de blasfemia y finalmente lo declaró culpable.
Este juicio reveló la hostilidad de los miembros del Sanedrín judío hacia Jesús y su negativa a aceptar su identidad como el Mesías. Llegaron a un veredicto de culpabilidad contra Jesús y lo entregaron a las autoridades romanas para que lo juzgaran más. Esta prueba fue una parte importante del sufrimiento de Jesús, con más pruebas y eventos que tuvieron lugar después.